MADRID, 03 (SERVIMEDIA)
El presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Texanos, cuestiona que haya «militares» al frente de empresas demoscópicas, en clara referencia a Narciso Michavila, presidente de GAD3 y comandante de artillería en excedencia.
Tezanos se refiere a esta cuestión en un artículo que ha publicado en el número de octubre de la revista ‘Temas’, que dirige el propio responsable del CIS.
El artículo lleva por título ‘Estimaciones sobre tendencias electorales versus fantasmadas adivinatorias’ y en él defiende que los sondeos del organismo público que preside acertaron más que las empresas privadas a la hora de anticipar los resultados de las elecciones generales del pasado 23 de julio.
En este artículo recogido por Servimedia, Tezanos defiende que el organismo estatal se aproximó más en sus encuestas al resultado final, ya que, finalmente, «el PP tuvo 16 escaños más que el PSOE y no más de 40, como auguraba alborozado uno de sus más conspicuos adivinólogos». Así, sostiene que «las horquillas de las estimaciones del CIS obedecieron a criterios estadísticos y metodológicos provincia a provincia, y no a razones adivinatorias».
«BELICOSIDAD DEMOSCÓPICA»
Frente al trabajo del organismo público que dirige, Tezanos apunta que «las derechas duras de inspiración trumpista utilizan las encuestas preelectorales como arma de disuasión».
«Por eso», afirma, «en las campañas se presentan como fuerzas políticas capaces no solo de ganar, sino de «arrasar». «Empeño al que dan una importancia central, en detrimento de las ‘posibles’ bondades de sus programas o de las cualidades de sus candidatos. De ahí que las tareas demoscópicas sean abordadas por estos partidos con una mentalidad eminentemente bélica».
En este sentido, habla de que existe una «belicosidad demoscópica», en la que sostiene que hay una «hoja de ruta» que está «perfectamente fijada» por «los estrategas de la confrontación».
«Para ello», sostiene, «se han creado nuevas empresas demoscópicas, poniendo al frente de las que se pretende que operen como líderes a personas que a veces no son sociólogos y ni siquiera han cursado estudios de esta disciplina, sino a militares de carrera, como ha sucedido en España».
