Se sabía que los números de teléfono iban a tener los años contados y más con los nuevos ritmos de peticiones de alta que se vienen viviendo en los últimos años. Es el caso de ciudades como Madrid o Guipuzcoa, que ven cómo se agotan y van a tener que plantearse nuevos prefijos o comienzos para los números que han de venir.
Desde luego no es algo que sorprenda, ya pasó en los móviles, y en las matrículas. Los números y series se agotan y es el momento de que se creen nuevos que den capacidad y cobertura a la oferta y demanda no sólo de telefónicas sino de muchos otros servicios asociados.
Es por ello que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha solicitado ya al Ministerio de Industria la creación y la adjudicación de los nuevos rangos que gestionarán las nuevas peticiones una vez y, finalmente, se hayan finalizado las series que existen.
¿Cómo serían los números nuevos? Pues si pensamos en la capital española que, hasta ahora contaba con su prefijo clásico 91 más siete dígitos, se abren dos posibilidades: cambiar el prefijo por el 81 y las siete cifras posteriores o, para mantener su personalidad, añadir un 9 al prefijo existente, lo que delimitaría la adjudicación a seis números posteriores.
En el caso de la ciudad vasca, al 943 clásico se le añadiría el 843 para dar respuesta a la demanda.
La última vez que se abrieron nuevos espectros fue en 2015, con la adjudicación de 86.5 millones de números que dieran capacidad a las distintas ciudades y, de ellos, aún quedan más de 17 millones con lo que tampoco debe cundir el pánico en el corto y medio plazo. Sin embargo también hay que tener en cuenta que la demanda de MAdrid es muy superior al resto de provincias y eso hace que urja bastante más su adjudicación a las empresas de telefonía, adjudicación que se realiza en bloques de 10.000 números y que habrá que ver, finalmente, cómo y quién se queda con mayores lotes.