El marketing ha servido, tradicionalmente, para acercar productos, novedades y tendencias a los consumidores. Y, si hay algo que hoy en día es tendencia, es el ahorro y sus variantes para conseguir cierta rentabilidad al esfuerzo y tratar de salvar la creciente inflación que, pese a que algo ha rebajado en los últimos meses la presión, sigue siendo elevada.
¿Cómo puede una estrategia de marketing ayudar a los clientes y a las entidades financieras?
Para las entidades, el marketing ayuda a mejorar la comercialización de los productos financieros con los que trabajan y, para los clientes, teniendo acceso a los mismos y a asesores capaces de ayudarles con las dudas que puedan surgir.
No es el mismo público objetivo un producto de inversión como los fondos indexados que otro producto que ofrezca mayor liquidez aunque busque una menor rentabilidad en el medio o largo plazo. Algunos clientes prefieren apostar por inversiones más tradicionales y seguras como las letras del tesoro o renta fija. De ahí que el marketing deba hacer una estrategia que sirva inicialmente para conocer el perfil de los clientes de las entidades para crear productos que respondan a su demanda.
En definitiva, se trata de acercar, mediante estudios de mercado realizados, los productos que más puedan interesar a su cartera de clientes y crear un punto de encuentro físico y digital para garantizar la información completa – de una forma clara, eficaz y casi, en algunos casos didáctica – sobre lo que se podría conseguir contratándolos.
Ya sean los fondos, depósitos, cuentas, tarjetas o demás opciones que hay actualmente, se trata de ser competitivo para ser la opción elegida por los usuarios para gestionar sus ahorros. Y para ser competitivo, es necesario que se tenga una imagen corporativa y un canal de comunicación ágil con los interesados.
Es necesario que los usuarios entiendan los términos de los productos de inversión a fondo, conociendo cuáles son renta variable o fija, cuales los más tradicionales u osados, para poder tomar decisiones en el ámbito financiero.
De hecho, ya empiezan a salir creadores de contenido dispuestos a hablar de finanzas y de consejos para quienes se aproximan al ahorro por primera vez con productos que, en algunos casos, ni siquiera sabían que existían por la falta de estrategia de algunas entidades bancarias y la falta de educación financiera actual.
¿Qué tiene el marketing que hacer entonces?
Cualquier entidad bancaria o financiera debe apostar, hoy en día, por llegar hasta el público mediante una clara estrategia de tres pasos.
- Trabajando su imagen de empresa, sus canales de información y distribución y presentando de forma clara sus productos. Esto es una vertiente muy online. Sin duda, los bancos saben hoy en día que la competencia ha cambiado por completo. Antes el usuario iba a la entidad debajo de casa. Hoy, gracias a la globalización, se puede acceder a bancos internacionales para beneficiarse de mejores condiciones en términos, por ejemplo, de comisiones. Trabajar una accesibilidad real a los clientes es clave. Entidades ya han dado el paso asignando comerciales y agentes personales para los clientes, lo que permite un contacto directo para plantear dudas y ser asesorados.
- Crear landing pages y folletos con la información relevante de cada producto en un lenguaje accesible y entendible, sin apenas letra pequeña, es otro de los básicos en este campo. El acercar la información de forma ágil y veraz es básico para que exista confianza. Se trata de los ahorros que han supuesto un esfuerzo por lo que es importante que esté la información al alcance de quien la busque de forma clara y concisa.
- Trabajar los elementos de comunicación, bien vía newsletter, bien vía telefónica o incluso a través del correo tradicional para hacer llegar, segmentando los perfiles, la información que pueda ser de verdad de relevancia y que sirva para un primer contacto que luego se acompañe con un asesoramiento y acompañamiento personalizado. Se trata de confianza. Es un momento en el que el sector financiero debe dar lo mejor de sí mismo por acercarse a la gente.
