No es raro escuchar que las principales marcas textiles, aquellas que mayor expansión tienen, consiguen sus precios a costa de la contratación de la mano de obra barata en países subdesarrollados.
Esta sombra es la que ha perseguido a Zara, el gigante textil español desde hace años. Más aún cuando comenzó su gran expansión internacional recalando en algunos de los edificios más emblemáticos de las principales capitales no sólo europeas.
De hecho, su gran apuesta actual era asentarse en el mercado chino, aunque con el devenir que está teniendo la economía asiática, parece que acabará apostando por seguir creciendo en Latinoamerica, donde su marca ya es una realidad y referente y donde sus cuentas empezaban a coger velocidad.
Sin embargo, la sombra de la mano de obra que contrataba la cabecera española seguía inmersa en muchas dudas.
Viendo el daño en la imagen que estaba provocando este hecho en Brasil, Zara ha decidido poner fin a especulaciones con una apuesta piloto: la inclusión de un código QR entre sus etiquetas.
Gracias a este código, el comprador podrá descubrir toda la cadena de producción de la prenda que tenga en las manos, siendo una apuesta por la transparencia de la marca para demostrar dónde ha sido confeccionada su colección, incluyendo los códigos de conducta para los productores y fabricantes que impone Inditex antes de ofrecerles la posibilidad de que sus prendas acaben en el escaparate de cualquiera de sus tiendas.
¿Por qué Brasil? Porque posiblemente es de los países latinoamericanos que más ha peleado contra Zara, llegando incluso a decir que sus precios los conseguían gracias a mano de obra que incluso rozaba la esclavitud, incluyendo su logo y nombre en la llamada Lista Sucia Laboral. Después de que la compañía lo negara categóricamente, ha emprendido sus primeras acciones legales en contra del Ejecutivo brasileño hace dos años.
Esta medida pionera servirá también para hacer un lavado de cara y de reputación de la española en un país donde es fácil ver el contraste entre las clases pudientes y las más empobrecidas. De hecho, su departamento de Responsabilidad Social Corporativa en el país dará respuesta a cuantos mails le lleguen para asegurar las condiciones de contratación de sus fabricantes, que cumplen los requisitos laborales no sólo del país sino de la propia empresa española.